domingo, 28 de agosto de 2011

Referendos para lelos.

 No puede haber democracia sin estado de derecho y no existe el estado de derecho si se tolera que haya sentencias judiciales que no se cumplen. Eso ha ocurrido y sigue ocurriendo ahora; los españoles no son iguales ante la ley y tienen o carecen de determinados derechos en función de la comunidad autónoma en la que viven. No somos una nación.

 La democracia española vive en una situación, si no ilegal, cuando menos alegal y eso significa que es una demagogia. Si falla la igualdad ante la ley, uno de los principios de la Constitución, falla todo el sistema legal; sólo las leyes que han sido sometidas a referendo serían vinculantes. Ha ocurrido en tres ocasiones:

 1) El si en el referendo sobre la propia Constitución Española la convierte en vinculante y, a mi entender, cualquier modificación de la misma, debería ser sometida a consulta popular, sobre la totalidad, en toda democracia que se precie. La modificación de un contrato no se puede hacer de manera unilateral.

 ¿Porqué referendo?. Los políticos se llenan la boca diciendo que son nuestros representantes, pero no todos nos sentimos representados por ellos. Los que no votamos en las elecciones, la mayoría, no hemos renunciado a decidir sobre la norma máxima que regirá nuestros derechos, sino sólo a elegir a los encargados de aplicarla.

 ¿Porqué sobre la totalidad?. Si fue votada como un paquete debería seguir siendo tratada como tal. Probablemente la izquierda aceptó la monarquía a cambio de su legalización y los monárquicos dijeron si la Constitución por los motivos contrarios; preguntar ahora monarquía o república, puede parecer democrático pero es inmoral.

 Por si no se ha entendido pondré un ejemplo.

 Tres amigos decidimos compartir piso y hacer la compra en conjunto. Nos ponemos de acuerdo en que comeremos ternera y merluza y el postre será manzana o plátano. A todos nos gusta por lo menos una de las propuestas.
 En un momento dado, democráticamente, por mayoría, mis dos amigos deciden que los postres se reducirán a una sola clase de fruta y eligen los plátanos que les gustan a ambos y a los que yo soy alérgico. Me han dejado sin postre.
 Si hubiéramos votado sobre la totalidad la posibilidad de vetar la ternera, que no me gusta y es lo único que come uno de mis amigos, le habría hecho repensar su voto.

 2) La incorporación de España a la OTAN también sería vinculante, pese a las sospechas de tongo.

 3) También lo sería la Constitución Europea.

 Sin embargo la Constitución dejó de ser vinculante cuando el Tribunal Constitucional excarceló a los miembros de la mesa de Herri Batasuna, sin hacer lo propio con todos los condenados por asociación con banda armada, conculcando el principio de igualdad ante la ley.

 La incorporación de España a la OTAN es válida sólo en los términos en que se votó en el referendo:
 1.º La participación de España en la Alianza Atlántica no incluirá su incorporación a la estructura militar integrada.

 Tal como yo lo veo, Aznar incorporó a España en la estructura militar integrada de la OTAN de manera completamente ilegal, sin referendo y violando la voluntad expresada del pueblo español.

 La Constitución Europea, que los españoles votaron apresuradamente y a ciegas, quedó en nada al ser rechazada por otros países de la CEE.

 En resumen, no considero válida ninguna de las leyes que ha dado a luz la supuesta democracia. Un amigo me decía que yo debería aceptar, por lo menos, las leyes que han sido prometidas en campaña por el partido ganador. Pues tampoco; las promesas electorales forman parte de un paquete en el que se ofrecen nueve propuestas que me benefician y una que me perjudica. A la hora de la verdad solo sale adelante la que me perjudica; ¿por que tengo que aceptarla?.

 Puede que a alguien esto le parezcan simples formalismos y entienda que el pueblo español acepta la situación; es posible. Yo creo que el respeto a las formas es garantía de buen funcionamiento; dar por sentado lo que opina el pueblo no parece un ejercicio de democracia. La mayoría creemos que el PP ganará las próximas elecciones; ¿lo declaramos ganador o mantenemos las formas y celebramos los comicios?.

 Ahora la izquierda promueve un referendo, que ya sabe que perderá, sobre el tope de endeudamiento y me parece bien a pesar de que es un ejercicio tramposo e inútil. Está destinado al lucimiento político y, tal como ha sido redactado, permitirá que cualquier Zapatero haga lo mismo que ha hecho este.

martes, 9 de agosto de 2011

El Estado del Bienestar piramidal.


 El “Estado del Bienestar” es un eufemismo con el que los gobiernos de izquierdas nombran a la hipoteca de futuro que han suscrito para sus ciudadanos; un sistema piramidal, de implantación bastante reciente, que ha tocado fondo. Para conocer como era la situación anterior tenemos que retroceder cincuenta años.

 A principios de los sesenta la española es una sociedad familiar, básicamente artesanal y rural. Se ha acabado el racionamiento y los “comercios“, aún que no hay productos de lujo, están bien abastecidos.

 En esa sociedad familiar colaboran todos los miembros. Los hijos heredarán el oficio y el patrimonio de sus progenitores cuando estos falten y no es raro que padres, hijos y nietos compartan el mismo hogar.

 No existe la jubilación; apenas hay impuestos, casi todos indirectos. Los hijos tienen asumido que deberán hacerse cargo de sus mayores cuando estén incapacitados; todo empieza y termina con la familia.

 Si bien el hambre ya no es un problema el dinero no corre y todavía se recurre al trueque. Los excedentes de la producción familiar se cambian por productos manufacturados en los comercios.

 Los productos estrella de esos comercios son el bacalao, los fideos, las conservas y los textiles además de legumbres y cereales que no se cosechen en la zona.

 La educación, obligatoria hasta los catorce años, se imparte en aulas separadas, donde se enseñan los valores de la familia, el ahorro, el trabajo y el esfuerzo.

 Un médico, al que cada célula familiar paga un fijo anual, puede velar por la salud de los vecinos de varios núcleos urbanos si son pequeños.

 La dictadura se ha dulcificado, el aislamiento ha dado paso al turismo y los españoles empiezan a emigrar hacia los países europeos, donde se consiguen mejores sueldos que en los polos de desarrollo nacionales, que son Cataluña y el País Vasco.

 Inmigración y emigración son, al principio, simples ramificaciones de la unidad familiar, pero, por varias razones, entre las que hay que resaltar la masificación urbana y el desarraigo, se crearán fisuras que serán aprovechados los gobiernos de izquierda para provocar un vuelco social.

 Una sociedad familiar, capaz de cubrir sus propias necesidades y dedicada a acumular patrimonio, ofrece pocas posibilidades de recaudación a la hacienda estatal (1),  pero durante la dictadura, la estructura del estado era muy modesta, del orden de la cuarta parte de la actual. En 1962 los gastos del estado fueron de 20% del PIB y alcanzaron el 27% en 1975.

 Por si a alguien le falla la memoria histórica, hay que recordar que la Seguridad Social, tal como hoy la conocemos, se crea con la Ley de Bases (28-12-1963). Centros de salud tan emblemáticos como La Paz, Puerta de Hierro, 12 de Octubre y Ramón y Cajal, por referirnos sólo a Madrid, son obras del Régimen y en 1975, a la muerte de Franco, la Seguridad Social incluye al 87,8% de la población española. Es uno de los logros del que fue conocido en todo el mundo como “el milagro económico español”: "A la muerte de Franco, la renta nacional de España suponía ya el 79,2% de la media de la Comunidad Europea; años después este acercamiento se había convertido en retroceso, pues en 1994 la misma comparación se situaba en el 74,4%, es decir, por debajo de la situación dejada por Franco.

 El mérito de convertir la Seguridad social en un sistema piramidal pertenece al compañero Felipe González, bajo cuyo gobierno el gasto público alcanza un pavoroso 47,5% del PIB (Gráfico 1). Por primera vez en España los impuestos directos superan a los indirectos pero ni las obras faraónicas, ni la legalización de las ETT, la gran contribución del socialismo al trabajo estable, consiguen dar la vuelta a la caída de la afiliación. El dinero público se va por el retrete de las ayudas sociales clientelares sin generar empleo. Exactamente la misma política es la que ha seguido el compañero Zapatero, que, en sólo dos años (2007-2009), consiguió aumentar el gasto público desde 39,2% hasta 46%; tanto como Franco en trece años, pero El Caudillo creó la Seguridad Social por el camino.



 El hecho es que el dinero aportado por los padres ha desaparecido y los gastos de su vejez serán pagados por los hijos igual que antes, pero con el Estado haciendo de intermediario destructor de la familia. La tabla de salvación, vendida como gran logro social (2), deberá ser el trabajo femenino, pero antes hay que generar empleo.

 En un sistema piramidal no existe el ahorro; los gastos corrientes tienen que pagarse con las aportaciones de los nuevos afiliados. La caída de la afiliación es letal para la Seguridad Social y se puede producir por dos motivos evidentes:

 a) Caída de la tasa de natalidad: esa tasa, alta en los sesenta, va descendiendo hasta alcanzar valores negativos en los noventa. En una huida hacia adelante, para evitar el desplome de la pirámide, el gobierno abre las puertas a la inmigración que dará lugar a la “burbuja del ladrillo” (3) tan criticada ahora por quienes la propiciaron.

 b) Caída de la actividad económica: como en el caso actual la crisis provoca que las afiliaciones no solo no aumentan sino que disminuyen y se ve agravada por que esos trabajadores inmigrantes todavía no habían sido amortizados (4).

Aparte de esos dos motivos evidentes hay otros dos que lastran la viabilidad de la SS:

 c) Aumento de la esperanza de vida: supongamos que veinte años de cotización de un trabajador permiten pagar diez años de jubilación. Si la esperanza de vida aumenta en cinco años el trabajador tendrá que cotizar treinta años para pagar esa jubilación.

 d) Merma de la capacidad adquisitiva: no sólo han disminuido los sueldos, en parte por la competencia de la inmigración (5) y en parte por la globalización del mercado, sino que ha disminuido mucho la capacidad adquisitiva. La Seguridad Social, que se lleva un porcentaje mayor cuanto más alta es la nómina, ve mermados sus ingresos en la misma medida que los trabajadores.

 La suma de los factores c y d supone un problema adicional en una situación de crisis:

 e) Los trabajadores de la época de bonanza jubilan con bases de cotización más altas que los que tienen que pagar sus pensiones; es decir, que los cálculos anteriores, treinta años de cotización para pagar quince de jubilación, ya no servirían.

 En resumen, la Seguridad Social es un sistema piramidal y, como tal, destinado a quebrar; los modelos que se están proponiendo, aumentar el número de años cotizados y alargar la edad de jubilación, podrán prolongar la agonía pero no llevan a la salvación. Sólo sería una más de esas huidas hacia adelante, alguna ya la hemos mencionado, que explicaremos a continuación.

 La única salida es capitalizar las cuotas, como se hace en los fondos de pensiones. La paga que recibirían los jubilados procedería, entonces, de su propio dinero, pero habría que crear una formula de transición entre el modelo actual y  el nuevo para evitar que toda una generación se quedara sin prestaciones.

 (1) Destruir a la familia es un trabajo al que se han aplicado todos los gobiernos de la izquierda, sobre todo por motivos ideológicos, pero también recaudatorios. Para conseguirlo han contado con el apoyo de la propia Iglesia Católica, con el giro a la izquierda que supuso el Concilio Vaticano II, que ahora tanto se queja del laicismo de la sociedad.

 Bajo la dictadura era normal que, en la casa, sólo cotizara el cabeza de familia. Hijos e incluso nietos trabajaban en el negocio familiar sin ninguna remuneración oficial. Incluso los menores de 14 años, fuera de las horas de clase, colaboraban en las tareas y aprendían el oficio. Si no era legal se hacía la vista gorda.

 Todo eso cambiaría durante el gobierno de Felipe González,  que se esforzó en retirar a la familia tanto el reconocimiento social como las ayudas que percibía además de convertirla en inviable económicamente. Para cumplir con la ley  el negocio familiar tenía que convertirse en SA o SL, como autónomo no se podía contratar a miembros de la familia, un tramite complicado y con unos requisitos contables al alcance de pocos.

 Pocos eran también los negocios que podían ser rentables con dos o tres asegurados lo que significaba la emigración de los más jóvenes y el desarraigo familiar, convenientes para la ideología socialista, que obtiene sus votos en los barrios periféricos de las ciudades industriales.

 Por si todo eso fuera poco se prohibió el trabajo de los menores de 16 años, creando un vacío legal que se llenó ampliando la edad escolar hasta los 16 años. No era una necesidad social, ya que los padres de la época, ya apostaban por dar a sus hijos la mejor educación y las universidades estaban al alcance de los sueldos de los trabajadores de entonces; algo que ahora es mucho más difícil.

 Lo que se pretendía era sustraer a los adolescentes de la influencia paterna y el resultado, que se vendió como un logro educativo, son dos años tirados para los que no tienen ganas de estudiar, que retrasan el progreso de los que si quieren. En las estadísticas queda muy bonito poner que un altísimo porcentaje de la población tiene estudios medios, si no se dice que han pasado de curso suspendiendo todas las asignaturas importantes y sólo son expertos en hacer botellón y liar porros, como demuestra el hecho de que el fracaso escolar en España es uno de los más altos del mundo.

 Quien crea que exagero nada más tiene que entrar en alguna red social para apreciar el nivel cultural de nuestra juventud, la “generación mejor pre-parada”; escrito así.

 No merece la pena hacer hincapié en los intentos, quiero decir logros, de los de los socialistas para repudiar la cultura del esfuerzo, adoctrinar a la juventud y sustraerla de la tutela familiar. Son hechos que se pueden justificar en nombre de la causa, pero negarlos es imposible.

 Una familia sin hijos es algo trivial; no tendrá continuidad en el tiempo. A las dificultades económicas que suponen los hijos, sobre todo para quién no ha sido educado en la cultura del esfuerzo, se suma el hecho de que carece de aliciente invertir en unos vástagos que tienen todos los derechos y ninguna obligación, con unos valores morales en las antípodas de los de sus progenitores.

 (2) Incorporar a la mujer al mercado laboral es otra de esas ideas fáciles de vender; nadie que se considere gente de bien se puede oponer a algo tan justo y democrático; pero no es por esos motivos por los que se promociona el trabajo femenino sino para saciar la voracidad recaudatoria del estado. Recaudar del total de la población en edad laboral es mejor que recaudar de la mitad de ella.

 Es como volver al principio; los recién incorporados todavía no tienen derecho a prestaciones y la recaudación es limpia, pero eso no será siempre así.

 La tarta no se hace mayor por invitar a más comensales; sólo significa que las porciones serán más pequeñas. La mano de obra no escapa a las leyes del mercado que dicen que si un producto es abundante baja de precio. El resultado es que antes, con un solo sueldo, se podía hacer frente a los gastos del hogar y criar un par de hijos; ahora uno de los sueldos se va en pagar hipoteca y la guardería para dos hijos cuesta más de lo que se percibe del otro sueldo. Cae la natalidad y, en consecuencia, los ingresos del Estado. Habrá que volver a huir.

 (3, 4 y 5) El que quiera ver aquí xenofobia o discriminación se equivocará. Los inmigrantes no son culpables de nada, como las vacas no son culpables de la encefalopatía espongiforme bovina (mal de las vacas locas), pero las consecuencias son las que son.

(3) Quien no crea que fue la inmigración la que originó la burbuja del ladrillo, tendrá que explicar como, a una sociedad con tasa de natalidad negativa y donde los jóvenes se independizan pasados los treinta, le entra de pronto la fiebre constructora.

(4) Los equipamientos y las infraestructuras tienen un valor que los recién llegados, nacionales o extranjeros, pagarán con el tiempo a través de los impuestos. Sólo entonces estarán amortizados.

 (5) Como ya hemos dicho la mano de obra sigue las leyes del mercado que no son otras que las de la naturaleza: la escasez de producto eleva el precio o, dicho de otro modo, los leones no se pelean por la presa si tienen una para cada uno.

 Este larguísimo artículo intenta explicar que, para sobrevivir, nuestra sociedad deberá volver a los valores de los años sesenta, con un gobierno tan austero como aquel y unos servicios sociales en consonancia.  De lo contrario los españoles del futuro se referirán a nosotros como “los púas”, con toda la razón.

 Ya se están escuchando propuestas de que los mayores vuelvan a ser responsabilidad de los hijos, disminuir las prestaciones y reducir los sueldos, volver a aquello al fin; pero ninguna de adelgazar el Estado y bajar los impuestos al nivel de entonces.


miércoles, 3 de agosto de 2011

Leguina: manual del socialista totalitario.


 A primera vista, todos diríamos que Joaquín Leguina es un socialista moderado; sin embargo, su discurso lo habría suscrito el mismo Stalin de haber tenido que enfrentarse a las urnas. Una entrada publicada en su blog, bajo el título FAISANES Y OTROS PÁJAROS, condensa toda la ideología totalitaria en apenas treinta líneas.

 Con independencia del tipo de régimen hay dos tendencias que condicionan el modelo político y jurídico de los gobiernos: el utilitarismo, basado en las ideas del filósofo británico Jhon Stuart Mill, (1806-1873) entiende que el bienestar de la mayoría justifica cualquier acción. Por el contrario, el universalismo, en línea con el pensamiento del filósofo alemán Immanuel Kant, (1724-1804) considera que el ser humano tiene una serie de derechos inalienables de los que no puede ser privado.

 La política de todos los gobiernos totalitarios, sean de izquierda o de derecha, se basa en el modelo utilitario que es incompatible con la democracia. Las libertades que disfruten los ciudadanos en dichos gobiernos dependerán del peso que se otorgue a los principios universalistas que obligatoriamente deberán incorporar. Puede acercarse mucho a un sistema democrático, pero nunca lo será.

 La guerra que tenemos ahora no es entre PP y PSOE, sino que se trata de una guerra civil entre zapateristas y felipistas que ya está perdida. A lo máximo que pueden aspirar los partidarios de ZP es a una rendición honrosa.

 La simpatía que siente Leguina por el todavía presidente la explica él mismo: Rodríguez Zapatero ha sacado del baile interno (no hablo de las listas electorales) a toda una generación de socialistas a la que pertenezco, y no estoy dispuesto a aplaudir la jugada.

 No parece que el caso Faisán vaya a salpicar a Zapatero, pero podría ser letal para Rubalcaba, el abanderado de los felipistas, de manera que Leguina muestra las uñas en un decálogo que da miedo; sobre todo si no estás muy próximo al Gran Hermano.

 “FAISANES Y OTROS PÁJAROS”

 1) La mentira sirve como arma política.
 La neolengua; llamar a las cosas por el nombre contrario a su esencia.
 “Que un juez instructor de la Audiencia Nacional “empapele” a tres altos funcionarios del Ministerio del Interior por hechos derivados de su actividad contra-terrorista…”

 Ahora no toca, faltaría más, el respeto a las decisiones judiciales.

 El filo-terrorismo se convierte en contra-terrorismo por la vía del orwelliano doble-pensar y la neolengua tan queridos por el socialismo; de un plumazo todos los informadores de ETA son luchadores contra-terroristas. 

 El problema es que si un policía se comporta como un informador de ETA, ¿cómo sabemos cuando es policía y cuando informador?. ¿Cuántos días al año ejerce uno u otro oficio?.

 En cualquier caso, si ejerce al 50%, que le pague ETA la mitad del sueldo.

 Miente que algo queda.
 “…no es nuevo en España…” 

 Pero, ¡Sr. Leguina!, el GAL fue exactamente lo contrario que el FAISÁN; guerra sucia para defender a las víctimas frente a guerra sucia para defender a los asesinos.

 2) Los errores se esconderán tras cortinas de humo.
 Recurrir a mitos y vaguedades para justificar una postura: no hacen falta pruebas si lo dice el compañero y menos si es el Secretario General. 
 “…aunque sí lo sería en los EEUU, en el Reino Unido o en el resto de países desarrollados que han sufrido o sufren esta lacra del terrorismo…”

 Pero, ¿sería novedoso en el caso de guerra sucia contra el terrorismo o de colaboración él?. Es que, por si no se ha dado cuenta, está mezclando ambas cosas.

 ¿Está insinuando que, ya que hay leyes para proteger a las víctimas del terrorismo, también debería de haberlas para proteger a las víctimas del antiterrorismo?. Las hay y con ellas fueron jugados los integrantes del GAL.

 Naturalmente, no es eso lo que insinúa, puesto que entonces, no le parecería mal que fueran castigados quienes cometieron los excesos.

 En el Reino Unido la colaboración con banda armada se pena con privación de libertad de entre 6 meses y 10 años. Terrorism Act 2000 (12, 54 y 58). En EE.UU.  la “asistencia derivada de un conocimiento especializado de carácter científico, técnico o de otro tipo“ a un grupo terrorista tiene un pena de 15 años. U.S. Code 2339A.

 3) El mismo argumento defiende una cosa y la contraria.
 El mismo argumento sirve para defender una cosa y la contraria.
 “…(Preguntada la Sra. Thatcher en los comunes acerca de quién había matado en Gibraltar a unos terroristas  del IRA, respondió: “Yo. Yo he disparado”. Y a nadie se le ocurrió empapelarla)…”

 Estoy seguro de que se ha dado ya cuenta de que está mezclando terrorismo con antiterrorismo. Como no creo que usted sea tan amoral como para no encontrar diferencia entre una cosa y otra, prefiero pensar, Sr. Leguina, que es usted un manipulador de mucho cuidado, poniendo en el mismo saco a terroristas y víctimas; la Sra. Thatcher sabe cual es su sitio, pero entre un etarra y Vd. no hay diferencia.

 Por otra parte, la anécdota demuestra la valentía de la Sra. Thatcher, frente a la cobardía del Felipe González, que no tuvo el valor de asumir su responsabilidad; una responsabilidad que el pueblo español le habría perdonado encantado.

 De todas maneras me gustaría saber que fue lo que Vd. opinó entonces. Conociendo la doble moral socialista no me extrañaría que fuera partidario de “empapelarla”.

 En todo caso, ¿qué opina del asesinato de Bin Laden?. La comprensión que han mostrado los socialistas con Obama no la habrían tenido si hubieran sido Bush o Tatcher los causantes del desenlace.

 Desde que ganó Obama las elecciones, Eurasia es al aliado que siempre ha sido y Oceanía vuelve a ser el enemigo que siempre fue.

 4) La ley está hecha para saltársela.
 Para conjurar el peligro de sentencias adversas, lo mejor es controlar a los tribunales y, por supuesto, a la Fiscalía General.
 “…Sería chusco si no fuera hiriente que a estos tres policías (“caso Faisán”) se les acuse de un delito de colaboración con banda armada,…”

 La legislación española dice: “Será castigado con las penas de prisión de cinco a diez años y multa de dieciocho a veinticuatro meses el que lleve a cabo, recabe o facilite cualquier acto de colaboración con las actividades o las finalidades de una banda armada, organización o grupo terrorista”. Código Penal. Ley Orgánica 10/1995

 Usted apuesta claramente por saltarse la ley, promulgada bajo el gobierno de Felipe González, pero ¿vale eso para todos?. ¿Cuándo me la podré saltar yo?. No estaría de más que publicaran la lista de las leyes que nos podemos saltar para no tener que tantearlas una a una.

 El Tribunal Constitucional, contagiado de la peste socialista, ya prevaricó cuando excarceló a la cúpula de Batasuna, presa por colaboración con banda armada, sin hacer lo propio con todos los condenados por el mismo motivo, violando la Constitución que dice que todos los ciudadanos son iguales ante la ley.

 Se puede recurrir a la descalificación y hasta al insulto; el respeto a las decisiones judiciales lo dejamos para otro rato.
 “…hecho que sólo se entiende en el campo circense (“más difícil todavía”) o en el de esa estupidez post-moderna llamada record Guiness.”

 Si algún juez ha escapado de la tutela del partido lo mejor es ridiculizarlo; llamarlo payaso y estúpido. Claro que, si los encausados pertenecieran a la oposición, la ley debería dejar caer todo su peso sobre ellos y estaría bien que aparecieran en el circense y postmoderno Libro Guiness, ahora gran obra científica, como el gobierno occidental que más ha colaborado con el terrorismo.

  A veces conviene hacerse pasar por un hombre de estado.
 “A mí, como a cualquier persona informada y con sentido de Estado, este asunto del faisán me parece un ataque contra el sentido común“.

 Todo es discutido y discutible, excepto el estado, si gobernamos nosotros. La sensatez, el centrismo y el sentido común sirven para la noble tarea de salvar a al país que, ahora si, está indisolublemente unido con el estado.

 Nación y patria no existen si el país está gobernado por la oposición.

 5) Se puede y se debe reescribir la historia. 
 Un hecho solo será verdadero si nosotros lo reconocemos.
 “Según la acusación que se les hace, los tres altos responsables de la lucha antiterrorista alertaron a unos extorsionadores etarras de que se les iba a detener, con lo cual los pájaros consiguieron tomar -de momento- el olivo (y fueron detenidos más tarde)”.

 Estamos en la reedición de aquella extraña peripecia de Luís Roldan por Laos, con Paesa y el capitán Khan, que Belloch , Ministro del Interior de Felipe González, fue incapaz de explicar, limitándose a decir: “lo que importa es que lo hemos apresado”.

 Recurrir al falso silogismo, a la cortina de humo, a la pregunta trampa.
“¿Y por qué se les avisó para que huyeran si se les iba a detener más tarde?”

 ¿Y, si se les iba a detener más tarde, porqué se les avisó para que huyeran?. Estando sobre aviso sería más difícil su detención.

 Por espurios que sean los motivos se puede decir que es por el bien común.
 “Quizá porque en aquel momento el Gobierno estaba negociando con ETA un “proceso de paz” (fallido como todos) y, probablemente, no quería meter más presión en la olla…,” 

 El Sr. Leguina reconoce que el chivatazo se produjo pero, naturalmente, lo justifica por que era necesario para el “proceso de paz”, el nombre con el que se conoce en la neolengua a la negociación para la rendición de España.

 La verdad es que Zapatero quería pasar a la historia como “El Gran Pacificador” y, para conseguirlo, todo era negociable. Si ETA hubiera exigido la vida de otros mil españoles el gobierno habría encontrado la manera de señalar los objetivos, todos militantes del PP, y justificar el accidente.

 Puedes vender como buenas obras todos los crímenes que hayas cometido.
 “…pero cuando los etarras pusieron las bombas en la T4 rompiendo así la tregua pues se encerró a los del “Faisán” y ahí siguen (eso espero)”.

 No hay mal que por bien no venga: gracias al atentado de la T4 pudimos encerrar a los del “Faisán”, es lo que nos está diciendo.

 Entre el chivatazo y la supuesta detención posterior “sólo” está atentado de la T4, con dos muertos de nada, que no vale la pena preguntarse si se podían haber evitado. No interesa acordarse, pues sería difícil de explicar, que las negociaciones con ETA continuaron, como publicó el en@migo Pedro J., después del atentado de la T4. Uno se imagina a los policías contra-terroristas diciendo a los asesinos-terroristas:

 -No abandonéis la mesa de negociación, colegas. Lo del "accidente", como lo del dinero, podemos arreglarlo; pero,  si os vais, sintiéndolo mucho, vamos a tener que deteneros.

 Las preguntas son: ¿se negoció con ETA la entrada de Bildu en las instituciones?, ¿se está negociando ahora mismo Sr. Leguina?. Seguro que ustedes lo niegan, pero también lo negaron entonces.

 6) Como último recurso, hay que diluir las culpas.
 Si te pillan recurrir al socorrido “y tu más”.
 “Se puede estar en desacuerdo con la “negociación”, pero habrá de admitirse que todos los Gobiernos lo han hecho“.

 No creo que haya muchos españoles que no estén convencidos de que ETA prefiere negociar con ZP a hacerlo con Aznar y eso significa que los etarras consideran que tienen mas posibilidades de alcanzar sus objetivos, que todos conocemos, tratando con Zapatero.

 Nadie, ni siquiera las víctimas, está en contra de la negociación. Sea cual sea el resultado de la batalla el camino de la negociación siempre está abierto. Otra cosa es la rendición y el gobierno de Zapatero es el único que ha estado dispuesto a rendirse. Ya tenemos alguna información de hasta donde pensaban ceder en el caso de Navarra y eso, si se hace de espaldas al pueblo, se llama traición.

 La falsa lógica, sirve arrimar el ascua a nuestra sardina.
 “Y si un representante del Estado se sienta en la misma mesa que un etarra, ¿no  está colaborando ya con una banda armada? 

 Otra vez la pregunta torticera a la que, para el Sr. Leguina, solo se puede responder si. Respóndase usted mismo tras intercalar un por orden de Rubalcaba en algún sitio.

 La respuesta es no, señor Leguina, sentarse en la misma mesa que un terrorista no equivale a colaborar con banda armada, como tampoco acostarse con una “miembra” del PSOE significa convertirse en militante. Lo se de primera mano.

 Parece que da usted por sentado que el que se siente a la mesa va a cometer traición; en ese caso habría que utilizar la Ley Sinde y aplicarle el canon correspondiente.

 Llevar la bandera blanca no significa colaborar con el enemigo; otra cosa son el doble juego y la traición. Además, lo normal es que quien lleva la bandera blanca, se limite a transmitir las condiciones que le han ordenado y no tiene ninguna capacidad de decisión; entonces ¿quién ordenó el chivatazo?.

 Por otra parte, ¿eran esos los representantes oficiales del Estado en la negociación?. ¿No era una negociación política?. Entendería que hubiera abogados pero, ¿qué pintaban allí los policías?.

 Una mentira, a fuerza de repetirla, se convierte en verdad.
 “¿No le es exigible que, de inmediato, coja el teléfono y llame a la Guardia Civil para que detenga ipso facto a su interlocutor?”

 La respuesta de la pregunta-trampa anterior condiciona esta: no.

 7) El Estado está por encima de la ley, sólo si gobierna el partido.
 Los cuerpos de seguridad, la justicia y la propia sociedad están al servicio del partido.
 “¿No tiene derecho el Gobierno a un margen de maniobra durante tales trances?” 

 Si, todo el que le permitan las leyes. Claro que la pregunta estaba maquillada; si le lavamos la cara sería ¿tiene el Estado el derecho a saltarse  la ley durante tales trances?. En este caso la respuesta es rotundamente no.

 El gobierno no tiene necesidad de saltarse la ley ya que puede modificarla, máxime cuando cuenta con autorización para negociar; el problema es que el Gobierno está dispuesto a ceder mucho más de lo que aceptaría el parlamento, el único representante del pueblo. Esto es, lisa y llanamente, un golpe de estado contra la democracia y eso, el golpe de estado, es lo que apoya Joaquín Leguina.

 8) No hace falta pensar; ya lo hace el partido.
 “Si le hiciéramos estas preguntas al juez instructor del “caso Faisán” habría de responder según su estricta lógica “Sí” a las dos primeras y “No” a la última“.

 Si eres militante socialista debes aceptarlo: es dogma de fe. Claro que el juez Ruz podría, como yo, responder exactamente lo contrario y eso demostraría que ambos somos unos “pájaros” “absurdos” e  “ilógicos”; unos “estúpidos post-modernos” en cualquier caso.

 9) El individuo carece de derechos; sólo la causa los tiene.
 El bien común, que es el que decide el Estado gobernado por el partido, está por encima de cualquier derecho individual.
 “Lo cual equivale a decir “que prevalezca la Justicia y perezca el mundo”, santo y seña de cualquier justiciero“.

 Bueno, entonces brindemos por un mundo injusto. Abajo la lucha de clases; viva la esclavitud, la discriminación femenina, la explotación infantil y la trata de blancas. ¡Heil Leguina!.

 Vamos a desarrollar la Ley de Igualdad de Maltrato y cometamos unos crímenes contra la humanidad, ahora que sale gratis.

10) Hay que tener al enemigo, el otro, bien identificado. 
 Tenga la cara que tenga el diablo es el diablo.
 “Estamos ante un absurdo dejà vu donde aparecen los mismos pájaros de siempre: Pedro J. Ramírez, seguido por un juez y por un partido (el PP) que cae sistemáticamente en el pecado de las “malas compañías”.

 Naturalmente, el culpable es el PP, que anda en la “mala compañía” de jueces y periodistas en lugar de buscar, como el PSOE, amigos entre los etarras.

 Todos sabemos que el culpable del crimen es el que lo denuncia, excepto en el caso Gürtel. La culpa de que el Estatut de Catalunya fuera inconstitucional, según Pepe Blanco, la tenía el PP por haber presentado el recurso; del mismo modo que La Gaceta tiene la culpa de que el patrimonio de Bono sea “presuntamente“ irregular.

 Los malos, aunque ayer fueran otros, son los mismos de siempre.
 “Repetición de la jugada que esta vez –eso espero- no les saldrá bien“.

 A don Joaquín le falla la Memoria Histórica, ya que el instructor del caso GAL fue el “pájaro” amigo, Baltasar Garzón.

 Este se supone que es moderado; si nos toca un extremista, ¡que Dios nos coja confesados!.