miércoles, 30 de marzo de 2011

Como cocinar el faisán.

faisán
 Hay muchas variedades de faisán, pero hoy nos vamos a centrar en el faisán vasco (Phasianus rubalcábicus) que es el más jugoso.

Este pájaro, de origen cántabro, se ha aclimatado perfectamente en las praderas del nacionalismo extremo e incluso consigue salir bien librado cuando corretea en laderas escarpadas, bordeando y saltando por encima de la ley.

 Debido a su alimentación omnívora se puede ver también en la meseta, la estepa y en cualquier erial donde haya un voto que llevar a la boca. Es extremadamente voraz con la oposición.

 El phasianus rubalcábicus, muy veloz cuando es joven, tiene tendencia a perder el plumaje de la cabeza con el paso del tiempo y las manchas alrededor de sus ojos van cambiando del rojo a un púrpura insomne, preocupado y cardenalicio.

 Aunque parezca una verdad de Perogrullo, para poder cocinar el faisán primero hay que cazarlo y eso no es fácil ya que el ave “escucha todo lo que dices y ve todo lo que haces“. No solo eso, tienes que estar vigilante ya que contraataca, tiene mala baba y, “en cuanto te das la vuelta, te la clava“. Para abatirlo se utilizará preferentemente munición francesa ya que parece ser inmune a las salvas nacionales.

 Una vez cazado se debe desplumar. Es un ave dura de pelar y correosa que necesita estar mucho tiempo en la olla; varios años.

 Se suele rellenar con pancETA  o GALtas y hay que remover muy a menudo para evitar que todo eso se asiente y se olvide.

 Hermana bien con la pasta, pero nunca se le debe poner pereGIL ya que se agria la carne.
 
 Para acompañar aconsejo un txacolí DO Mondragón de cuarenta años, como mínimo. Con quince litros por persona es suficiente.
 
 Por ultimo, una vez servido, recomiendo encarecidamente no probarlo, ya que el faisán siempre busca algún pardillo que se coma el marrón.

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