viernes, 25 de febrero de 2011

Bienvenido a Estocolmo.

Va Vd. Por el buen camino don  Armando. Mario Vargas Llosa también pasó por Estocolmo antes de llegar a Estocolmo y, de camino, se topó con el “fet diferencial” que Vd. acaba de descubrir.
 En Estocolmo sólo habitan tres especies. Los ciudadanos de Estocolmo, los que padecen el síndrome de Estocolmo y los que todavía permanecen secuestrados.
  Los dos primeros jamás acudirían a la presentación del libro de un “charnego” españolista, Español y de derechas. Los últimos, seguramente son demasiado cobardes para hacerlo.
 ¿Yo?. A mi me gustaría ser ciudadano de Estocolmo, pero el hecho diferencial no me llega a la rodilla y me tengo que conformar con ser “castellano-leonés o castellano y leonés“; nunca español.
 Me cuesta pronunciar la palabra España, porque me disgusta mentar a los muertos y “este país” , don Armando, murió hace años de una enfermedad conocida como ejemplar transición.
 Claro que lo de “este país” puede que resuelva las dudas en Madrid pero resulta bastante ambiguo aquí, en Estocolmo y pesar de que los holmienses van a la suya  la expresión “grupo de interés” no tiene connotaciones negativas.
 Creo que veremos a muchos chinos aterrizar Estocolmo; casi podría asegurar que una de las cuatro personas más inteligentes del mundo vive allí, muy cerca de uno de los cuatro más tontos.
 China será, muy pronto, la primera potencia mundial; pero lo será porque el listón bajará hasta la altura que los chinos puedan saltar. El modelo económico  que siguen, el nuestro, es un callejón sin salida.
 Si quiere podemos discutir las posibilidades que tiene nuestro sistema económico de acoger a más del doble de consumidores, pero…
 ¿Sabe Vd. que la chatarra de hierro ha pasado de valer 0,03 €  a  0,42 € en diez años?.
 ¿Qué el cobre ha pasado de 0,2 € a 6 € en el mismo período?.
 ¿Recuerda  el asunto de Iberia cuando se redujo de tres a dos el número de aceitunas del menú?.
 ¿Cree que los consumidores podrán seguir ejerciendo de tales con unos sueldos cada vez más bajos y una materias primas en ascenso imparable?.

 PD. No se haga mala sangre con las singularidades catalanas. Haga como yo. No me importa que los catalanes no hablen español; es más, preferiría que fueran todos mudos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario